Serrano Valdenebro, el hombre que plantó cara a Napoleón
José Serrano Valdenebro fue Comandante en Jefe de las Tropas y Partidas de Guerrillas que se organizaron en la Serranía de Ronda para repeler a las tropas de Napoleón, durante la Guerra de la Independencia Española.
Serrano Valdenebro nació en Cortes de la Frontera, el día 5 de Noviembre de 1743.
Con tan sólo 25 años se convirtió en Capitán del Regimiento de Infantería Valona de Voluntarios Extranjeros. En el Ejército de Tierra, destinado en el Regimiento de Infantería Valona de Voluntarios Extranjeros, sirvió en las Guarniciones de Zaragoza, Barcelona, Cartagena, Cádiz, Mallorca e Ibiza, donde conoció a su futura esposa.
Con 31 años de edad, contrae matrimonio con Doña Francisca Tobalina Vidal, hija del Gobernador militar de la Isla de Ibiza, Tomás Tobalina, Coronel de los Reales Ejércitos.
Serrano Valdenebro debuta en la marina como Capitán de Compañía y teniente de Navío. El 15 de Marzo de 1777 fue nombrado segundo Comandante del Real Arsenal de la Carraca, en las proximidades a la Isla de León, Cádiz.
En agosto de ese mismo año se embarco en el Navío de SM. "El Princesa", al mando del Capitán de esa clase Manuel Miguel de León, destino que desempeñó a satisfacción de su Jefe hasta Febrero de 1780. En este periodo fue nombrado segundo Comandante del Navío Princesa. Con el grado de Capitán de Fragata (3-2-1780) estuvo a las órdenes del Teniente General Luis de Córdova, en la Escuadra que intervino en el Canal de Inglaterra, en el Puerto de Brest y en el Cabo San Vicente, donde quedó herido y prisionero.
En 1783 a la edad de 40 años, Serrano se casa en segundas nupcias con doña María Alfonsa Crespo Quiles, de 25 años de edad, natural de Madrid y vecina de Granada. Su suegro D. Miguel Crespo Ortiz era Superintendente General de Rentas Reales de la ciudad de Trujillo. Durante este matrimonio Serrano Valdenebro se instala en Gaucín donde encontró el lugar preferido para compatibilizar su profesión de marino con la vida familiar a la que hacía continuas visitas, siempre que la función militar se lo permitía.
Doña María Alfonsa Crespo murió en Gaucín en el año 1801.
El 9 de Febrero de 1787 es nombrado Comandante del nono Batallón de Marina. En 1789 es ascendido a Capitán de Navío al mando del navío de guerra "San Leandro" de porte de sesenta y cuatro cañones.
En 1793 se le confirió el mando del Navío "Arrogante". Desde El Ferrol, al frente de un Convoy de seis velas sufrió un desarbolo de todos los masteleros, verga de masana y partido el timón con riesgo de perecer, llego a Cádiz el 14 de Diciembre de ese año. Con la Escuadra del General Juan de Lángara, partió hacia las costas francesas e italianas en ayuda de la escuadra gala, arribando a la Isla de Santa Margarita. A su regreso se incorporó a la Escuadra del Teniente General Federico Gravinas. Recibió órdenes de mantenerse en la Bahía de Rosas, soportando el largo sitio de la Plaza y un fuerte temporal de viento y frío que le hicieron perder cinco anclas, desarbolo del navío Arrogante, enfermedad de la tripulación y otras vicisitudes.
Tras estas refriegas, Serrano perdió la mano izquierda. Al límite de sus fuerzas, enfermo e inválido, logró llegar a Mallorca y de aquí a Cartagena, donde recibió permiso para recuperarse de las graves dolencias.
Y eso hizo, retirándose a Gaucín para su reposo y convalecencia.
El 26 de Octubre de 1796 es nombrado por el Rey Carlos IV Brigadier de la Real Armada. Poco después es destinado a los puestos de vigilancia y control de la ruta de la Plata (Santa Olalla y El Ronquillo). Concretamente a Santa Olalla del Cala que por este tiempo, durante la invasión francesa, se constituyó en Cuartel General de la Zona de la Infantería de Marina convirtiéndose este pueblo en el centro de la actividad bélica de la sierra que separa Andalucía de Extremadura.
En 1802, cuando José Serrano Valdenebro contaba con 58 años de edad, se casó en terceras nupcias con Doña Buenaventura Sánchez Hernández de Villegas, natural de Trebujena y vecina de Gaucín, hija del corregidor de Gaucín, Pedro Sánchez Hernández.
En 1809 es nombrado Mariscal de Campo y poco después Jefe de Escuadra de la Real Armada.
En Agosto de 1810, a escasos meses de la primera acometida francesa a la villa de Gaucín (28 de febrero de 1810), es nombrado Comandante en Jefe de las Tropas y Partidas de Guerrillas que se organizaron en la Serranía de Ronda contra el enemigo francés.
El 2 de Julio de 1811 se le nombra Comandante General del Departamento de Ferrol, cargo que no llega a ocupar a petición propia.
El día 23 de Julio de 1812 se le nombra Gobernador militar y Político de la Plaza de Cartagena, cargo que ocupó hasta su muerte, el 8 de Marzo de 1814. En esta última época compatibilizó el Gobierno militar y político de la Plaza de Cartagena con la representación como Diputado del Congreso de la Nación por Granada.
Cuando se produjo la invasión francesa, la Marina acudió a los campos de batalla. Todos los oficiales no embarcados se incorporaron a las filas del ejército o a las guerrillas.
Serrano, que había pasado a desempeñar el mando de la Legión Real de la Marina, en octubre de 1809, sus funciones en San Olalla (Huelva), describe las defensas que se hicieron, las fortificaciones, trincheras, espaldones, apostaderos y restantes obras militares de las sierra y sus aledaños (Culebrín, Monasterio, Torrejones, Ronquillo, etc.) y nos dice:
“las tropas acamparon en tiendas, haciendo frecuentes movimientos, lo que contribuyó a salvar Andalucía después del desgraciado encuentro de Medellín; pues alucinado el enemigo con la noticia de los campamentos de tropas y cazadores, abultadas como es costumbre, no se atrevió a acercarse a la sierra, siendo cierto que las reliquias de nuestro exército apenas llegaban a 1.500 hombres en partidillas incapaces de hacer rostro a una moderada división. Al abrigo del cantón y sus defensas se formó el exército que atravesando Extremadura batió al enemigo en Talavera”.
Por Real Orden de 24 de agosto de 1810 –comunicada por el Señor Secretario Interino del Despacho de la Guerra, al Excmo. Sr. D Nicolás Mª de Sierra, en documento fechado el día 28 de dicho mes en la Isla de León (San Fernando), sede de las Cortes constituyentes-,
“el Consejo de Regencia de España e Indias se ha servido nombrar Comandante en Jefe, para mandar y dirigir las Partidas de Guerrilla, Alarma, y de tropas reunidas y que se reúna en la Serranía de Ronda, contra los enemigos, al Jefe de Escuadra Dn. José Serrano Valdenebro”.
El 27 de febrero de 1810, un General Serrano mutilado y ya anciano organiza en Gaucín un “ejército” (en realidad todo el pueblo en armas) de unos 700 hombres armados con toda clase de instrumentos artesanos, palos, etc. (a falta de verdaderos fusiles y municiones) quienes persiguen a inicios de marzo, en Jimena y Castellar a los franceses huidos de Gaucín, teniendo un duro enfrentamiento el día 2 en Medina que les infringió graves perdidas.
Este sería uno de los numerosos hostigamientos a los que Serrano y sus hombres sometieron a las tropas francesas. Aunque los franceses habían desplegado un gran número de efectivos para controlar la región, nunca pudieron conquistarla por completo,
"hasta el punto de que Napoleón en persona, cansado de los descalabros sufridos en la zona rondeña, organizó una campaña contra aquella ciudad serrana y la tomó. No por eso cesó la resistencia en los montes, que en continuas emboscadas siguió haciendo la vida imposible a los invasores, y contribuyó al agotamiento del ejército galo de ocupación y a su derrota final".
En la Serranía, las altas montañas, las gargantas tortuosas y profundas y la falta de una red decente de comunicaciones, constituyeron elementos geográficos que se aliaron con Serrano Valdenebro y el movimiento guerrillero de la Serranía de Ronda.
El tramo entre Gaucín y Atajate que llevaba a Ronda (lo que hoy es parte de la carretera A-369) era particularmente peligroso y allí los franceses sufrieron numerosas pérdidas a manos de los guerrilleros conocedores del terreno y los recovecos de lo que en algunos tramos ni siquiera podía ser considerado como sendero.
Hasta tal punto temían los soldados franceses este recorrido que entre ellos lo denominaban como "El Camino de la Amargura".
Auténtico precursor olvidado de la "guerrilla", Serrano Valdenebro fue el primer militar de la época moderna del que se tiene noticia que utilizara esta forma de guerrear a la manera de Viriato, puesta en práctica en combates feroces en la Serranía de Ronda y que más tarde habría de extenderse al resto de la Península Ibérica y al resto del Mundo.
Serrano Valdenebro era un hombre que no gustaba a muchos personajes de la Corte Española, debido a su sinceridad y su inmenso apoyo popular tras la Guerra de la Independencia.
Para intentar quitárselo de en medio y alejarlo de la luz pública, el 2 de Julio de 1811 se le nombra Comandante General del Departamento de Ferrol, cargo que no llega a ocupar a petición propia.
El día 23 de Julio de 1812 se le nombra Gobernador militar y Político de la Plaza de Cartagena, cargo que ocupó hasta su muerte, el 8 de Marzo de 1814.
Enlaces externos
- José Serrano Valdenebro en Wikipedia
- Biografía de José Serrano Valdenebro
- CARTA DE SERRANO VALDENEBRO A SU MAGESTAD REIVINDICANDO EL SUELDO
- ITINERARIO MILITAR EN LA SERRANÍA DEL GENERAL SERRANO VALDENEBRO, DURANTE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1810-1812)
- GUERRILLEROS RONDEÑOS EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
GUERRILLEROS RONDEÑOS EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
ResponderEliminarJosé Becerra Gómez Historiador y periodista
Muchos son los historiadores que en estos días exhuman documentación sobre la valiente y desigual reacción de los guerrilleros de la Serranía de Ronda levantqdos para frenar el avance francés en la provincia de Málaga.
Entresacándola de la historia de Málaga y su provincia– ahora que se celebra el segundo centenario de la Guerra de la Independencia Española de 1808 -, existen unas páginas gloriosas de aquel conflicto bélico que pertenecen de lleno a la Serranía de Ronda. En el montaraz de este último espolón de las Subbéticas, siempre mítico, eternamente legendario, anidaron grupúsculos de resistencia al invasor galo que mantuvieron en jaque a unas huestes bien pertrechadas a las que parecía misión imposible frenar el avance. Lo lograron, empero, empleando el sistema de lucha solapada de guerrillas. Con él lograron inflingirle si no notables derrotas, de esas que suben a los anales históricos, sí serias pérdidas de efectivos militares, amén de la quiebra repetida de su logística, cuando ésta parecía solidamente asentada en el territorio andaluz y nacional.
Temerarios y audaces, combatiendo hasta la extenuación plantaron caro a todo un ejército disciplinado y en regla que había conquistado ya, bajo las órdenes de Napoleón Bonaparte, media Europa. Consiguieron los guerrilleros serranos diezmar y frenar su avance por el sur peninsular echando mano a los más elementales medios de lucha y resistencia: arcabuces, ondas y piedras, bieldos y aperos de labranza, y sobre todo, usando la estrategia de la sorpresa, elemento esto que nos le ofrecía dificultades dado el conocimiento cabal del terreno sobre el que se movían.
Las sendas en las que las tropas francesas sufrieron pérdidas humanas tan considerables como imprevistas la conocieron los tratadistas galos como “les chemins d´ennui et le cimitiére de la France” (los caminos de la amargura y el cementerio de Francia), lo que da idea de la importancia de los hechos que aquí se desarrollaron. Ni fusilamientos masivos ni los perdones generalizados que se ofrecieron en calidad de amnistías generalizadas lograron atraer a los resistentes que prefirieron morir matando que entregarse al invasor.
Posiblemente no fueron los serranos rondeños quienes inventaron la guerra de guerrillas, porque estuvo presente en cualquier parte del mundo y en cualquier época siempre que un pueblo oprimido necesitó rebelarse contra su opresor, recurriendo al armamento más cercano y a las sinuosidades del camino para lograr sus fines de golpear al enemigo en donde menos lo esperaba. Pero es curioso constatar, a la vista de la historia, cómo fue en estos parajes, desde Gibraltar hasta las Alpujarras, pasando por la Sauceda de Cortes de la Frontera y la Serranía de Ronda, en donde se cimentó su estrategia y se reconoció la astucia y el tesón de los que las practicaron. Desde Umar ibn Hafsun (c. 840-917), caudillo muladí descendiente de un conde visigodo, que se alzó contra el omnímodo poder del califato cordobés, hasta el maquis que opuso tenaz resistencia al franquismo posterior a nuestra guerra civil, sin olvidar, entremedias, el bandolerismo enemigo del sistema establecido, facciones de hombres aguerridos lograron suscitar el interés y la admiración de medio mundo. Todos como fondo común de sus hazañas el agreste paisaje de la Serranía de Ronda.
La mayor parte de los guerrilleros independentistas serranos que pusieron en jaque a las tropas francesas permanecen en al anonimato, pero se rescató del olvido a los cabecillas que supieron infundir denuedo y decisión a sus seguidores. Juan José Barranco, de Atajate; José Aguilar, de Benaoján; Sebastián Tinoco, de Algatocín, o Silvestre Calvente, de Benarrabé consiguieron sembrar el desconcierto en el avance de los franceses por su territorio respectivo. Igualmente lo lograron Alonso Lovillo, presbítero y alcalde de Alpandeire, la familia de los Añones y el aguerrido José Serrano de Gaucín, o Alonso, el Feo, de Cortes de la Frontera. De este pueblo hay que destacar la figura del marino José Serrano Valdenebro, patriota que tan buenas muestras dejó de su arrojo y valentía en defensa del suelo patrio.
En el anonimato pertenece no obstante la figura de un guerrillero que merced a su intervención cambió los destinos de la ocupación de Ronda por el ejército enemigo. En un caluroso día de agosto de 1812, el gobernador francés de Ronda, coronel del Regimiento 43 de Línea, Marcel Baussain, militar de confianza de José I, decidió crear una avanzadilla fuera de la población para lo que se hizo seguir por algunos de los suyos. Quería dar ejemplo a los soldados que no se aventuraban a salir de la población por el temor de ser abatido por los guerrilleros. Montando en su caballo, salió por la parte del convento de la Merced, bordeando el Tajo. No pudo llegar muy lejos. Un tiro procedente de un montículo cercano dio con el corcel en tierra, acabando con la vida del militar galo. Cundió el pánico y las tropas invasoras se replegaron semanas después hasta Loja y Granada. El guerrillero anónimo había logrado liberar a Ronda de los tentáculos del déspota invasor.
Obligado es rendir homenaje, siquiera sea con el recuerdo, a aquellos hombres que se opusieron a ser pisoteados por las botas de un ejército allende fronteras, truncando con su gallardía buena parte los sueños y las aspiraciones en la Península del ambicioso emperador corso-francés.
http://servicios.diariosur.es/tu-noticia/tu_noticia_ver/GUERRILLEROS-RONDE%C3%91OS-GUERRA-INDEPENDENCIA/9460/1.htm